Si hace unos días hablábamos de
un gas muy graciosa como era el gas de la risa, hoy le toca el turno a otro gas
totalmente opuesto, se trata del monóxido de carbono causante de la conocida muerte dulce.
El
monóxido de carbono es un gas inodoro, incoloro e insípido, producido
principalmente en los procesos de combustión que ocurren con poco oxigeno, es
decir cuando se quema algo en un lugar poco ventilado. Cuando se inhala este
gas se corre un grave riesgo, pues el CO compite con el oxigeno por unirse con
la hemoglobina que es una molécula que reparte el oxigeno por nuestro cuerpo,
lo malo es que en la mayoría de los casos es el CO el que se une a la proteína y nos reparte el CO por todo el cuerpo
sobretodo al cerebro produciendo unas
consecuencias nefastas si lo respiras .
Este
gas es peligroso si lo respiras al estar dormido ya que al no oler, no producir tos, ni irritar no
notas que te estas envenenando, cada vez llega menos oxigeno al cerebro y terminas por perder la conciencia y fallecer
sin que de sensación de ahogo o asfixia.
Por todo esto, ahora que todavía hace algo de frío -o debería de
hacerlo- es cuando tenemos que tener mas cuidado con todo aquello que
utilizamos para calentarnos y que se basa en una combustión, como por ejemplo
los braseros de bombonas de butano o la leña o las ascuas de éstas que todavia se estan quemando, recuerda que las
estufas de aceite, las halógenas ( las que dan la luz roja ) y las de resistencia no producen CO
pues en ellas no se quema nada.
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